Dia luminoso, aunque fresco a la sombra y al caer la tarde ( es que Gazteiz no se caracteriza por ser un lugar en el que se pasa un calor sofocante).
Después de la visita a las obras de la catedral nos fuimos a comer al "Tulipán de oro". Muy cerca de la catedral; buen precio ( 15 euros el menú) y comida rica rica. Del rabo de vacuno (toro, vaca, novillo...) sólo quedaron los huesos; la salsa estupenda. El resto estuvo a buena altura, vino incluído. Para repetir.
Por la tarde hicimos otra visita, esta vez por las callejuelas de "la almendra"
En resumen: bonito día. Volveremos.
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