Nos habían hablado bien del Barrukoa (en la plaza del metro, en el mismo centro de Algorta, vamos) así que allá fuimos a degustar un rico pintxo de tortilla (¿de qué otra cosa podía ser?). El pintxo sencillo ( sin historias de tres tortillas una encima de otra y con una capa de alioli y todo eso..). Precisamente en su sencillez radicó su éxito: tortilla poco cuajada, con cebolla, templadita, con el punto justo de sal... vamos que muy rica. El pero es... que casi siempre toca comerla junto a la barra, sin poder sentarse, ya que el local no es muy grande y, cosas que tiene la popularidad, suele estar a rebosar. No obstante creo que repetiremos.
¡Ah! Otra cosa. Da gusto que te pongan el vino en una copa como debe ser. Todo un detalle.
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