Con algo de nostalgia hacemos esta entrada sobre nuestra estancia veraniega en la maravillosa isla de Lanzarote que, aunque reciente, con el tiempo que esta haciendo por aquí, me parece que va a ser el único "moreno" que vamos a pillar este verano. Hemos pasado unos días estupendos de playa, descanso, relax, gastronomía y paisajes que comentamos a continuación.
Lanzarote es una isla pequeña, pero con mucho para visitar. Sus paisajes volcánicos son muy diferentes a lo que estamos acostumbrados, y sus pueblos blancos , la uniformidad de las viviendas, el color del mar, la ausencia de vallas publicitarias etc. hacen de ella un entorno especial. Hemos visitado:
- Zonas turísticas de Playa Blanca y Puerto del Carmen , con un buen ambiente, restaurantes y tranquilidad
- El Golfo y su laguna verde
- Los Hervideros, entorno de lavas a pie de mar
- Cueva de "Los Verdes", con su "secreto"
- Los Jameos del agua, obra de Manrique en un tunel volcánico continuación de la cueva anterior
- Casa museo de César Manrique, excavada en la lava
- Mirador del Río, a 400 metros de altura, con vistas de La Graciosa
- Jardín de cactus, con más de 10.000 especies
- Parque natural del Timanfaya, con paseos en camello, restaurante "El diablo" con horno natural y géiseres en el Islote de Hilario. Paisajes volcánicos de la más reciente erupción.
- Parque natural del archipiélago de Chinijo con sus tres islas, la más conocida es La Graciosa. Salidas en catamaranes con todo organizado (hasta paella en el barco) desde el puerto de Orzola.
- Parque natural de Los Ajaches, con sus tres playas sin urbanizar del "Papagayo"
- Arrecife , la capital, merece la pena subir al bar de la última planta del único hotel alto de toda la isla
- Teguise, con su mercadillo de domingo y sus casonas reconvertidas en zonas de copas y tapas
- La Geria, con sus viñedos de Malvasía y sus numerosas bodegas donde degustar vinos y quesos de la tierra
Y, a pesar de que nos hemos puesto morados en el buffet del hotel, no hemos dejado de catar la gastronomía canaria , como las papas con mojo picón verde y rojo, el gofio en su versión moderna de mousse, los plátanos flambeados, los melones y sandías, los salmones ahumados de Uga y Macher, el queso de cabra, los vinos de Malvasía (recomendamos los blancos), el licor de "la abuela" del pueblo de Haría, el ron-miel Arehucas y los pescados en cualquiera de los restaurantes tradicionales. Nosotros elegimos "Casa Pedro", con langostinos enormes, salmón y una caldereta de bogavante de chuparse los dedos.
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