Esa fue nuestra primera etapa de este viaje. Llegamos por la tarde y, después de cenar un risotto con verduritas (no recuerdo el segundo plato, pero fue una buena forma de comenzar) nos llevaron a dar una vuelta por la Venecia nocturna. Fue una bonita visita. Había gente por las calles, sin estar lleno, por lo cual se podía pasear. Además, y como dijo nuestra guia, la tenue iluminación disimulaba los desconchones de las casas, dejándonos una imagen plácida,serena..
Al día siguiente ya fue otro cantar: gente, mucha gente por todos los lados, sobre todo en el recorrido que lleva desde San Marcos (con la basílica que no hay que dejar de visitar) a Rialto. Los canales, siempre sorprendentes, muy hermosos con ese tráfico tan curioso de barcazas de todo tipo (de envío de paquetes, ambulancias, policía, taxis, hormigoneras...) que nos recuerda que esas vías de agua son las "carreteras"que allí tienen.
Luego nos cogimos un vaporetto y dimos un paseo hasta Murano y, a la vuelta, aprovechamos el viaje deteniéndonos en una parada que nos acercaba al Ghetto para, caminando entre canales y puentes llegar al puente de Calatrava y a la estación de Santa Lucía. Cenamos junto a un canal (pasta, lasagna y pizza si no recuerdo mal) y cogimos el tren que nos devolvía a nuestro hotel en Mestre. Fin del día y de Venecia.
Ahí van unas fotos del lugar: las primeras relativas a lo gastronómico y las segundas... al resto.
Arrivederci.
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