No hay nada mas monótono que las largas esperas en los aeropuertos, paseando varias veces por el mismo sitio, mirando las mismas tiendas...Pero lo que verdad es repetitivo son los bares y restaurantes. Aquí si que se nota la globalización, no importa en que parte del mundo estés, todo sabe igual, el café, los bokatas, los fundidos y las pizzas congeladas. Esto también se aplica a los precios , todo caro. Tomar un tentempié es un verdadero asalto al bolsillo que no se compensa con la degustación de buenos sabores. Para muestra un botón, he aquí la "impresionante comilona" que nos metimos en el aeropuerto de Pula (Croacia) a la vuelta de vacaciones. No, no había otra taberna, una sola y con esto: un sandwich pocho y un bokata de casi solo pan (y de molde). Y que conste que Croacia es preciosa y se come muy bién.
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